El 8 de marzo es un día de reflexión y acción en todo el mundo, es un día en el que conmemoramos la voz de las miles de mexicanas que no pudieron hacerlo.
En el lienzo de nuestra escuela, cada día trazamos líneas invisibles que delinean el respeto, la igualdad y una convivencia armoniosa. En este mes, trascendemos la solemnidad de la fecha y nos sumergimos en una reflexión profunda sobre nuestro papel en la construcción de un entorno escolar inclusivo y consciente. Debemos ver el respeto como un pilar fundamental en nuestras vidas ya que representa más que un código de conducta. Es una forma de pensar que denota en nuestras interacciones.
Actualmente navegamos en un mar de estereotipos y prejuicios, pero es en la mente, en donde encontramos la guía hacia la igualdad. Desafiemos los moldes impuestos y reconozcamos la belleza de cada ser humano que nos rodea. Celebrando la diversidad como una experiencia que enriquece el alma.
Este mes de la mujer, recordemos que el cambio comienza dentro de nosotros, en la elección diaria de superarnos como individuos por el derecho y la dignidad.
Que nuestra escuela se convierta en un faro de esperanza, irradiando la luz de la inclusión y la conciencia en nuestro ser.
Autor: Francisco Javier López Lemus
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